Mañana, 5 de diciembre, es el Día Internacional del Voluntariado. Y este año será una jornada muy especial para la entidad, ya que el Programa Actua de ATRA ha sido galardonado con el 2º premio en la 27ª edición del Premi Voluntariat.

El Premi Voluntariat nació en 1993 y se convoca anualmente desde el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies, a través de la Direcció General d’Acció Cívica i Comunitària. El galardón es una medida de reconocimiento del voluntariado recogida en el Pla nacional de l’associacionisme i el voluntariat. El premio tiene la finalidad de hacer visible un reconocimiento social e institucional de la acción voluntaria en Cataluña con la voluntad de premiar proyectos, programas o iniciativas excelentes en relación con alguna temática concreta relacionada con el voluntariado. Además del reconocimiento, el premio se convierte en un referente para el resto de entidades para que puedan ser impulsoras, promotoras o inspiradoras de futuras iniciativas o proyectos.

Actua es un proyecto comunitario e integrador, de atención centrada en la persona que apoya a personas con problemas derivados del trastorno mental. Este proyecto nace de la voluntad de dar respuesta a las necesidades detectadas en personas del colectivo de salud mental, con el fin de ofrecer apoyo y acompañamiento a las personas usuarias para mejorar su autonomía y apoderarlas para que puedan llevar una vida normalizada y de calidad.

Actua es una apuesta por la acción comunitaria y la participación, por el trabajo en red, por el apoderamiento de los hombres y las mujeres que tienen diagnosticado un trastorno mental, por la promoción de la convivencia, la emancipación, el asociacionismo, la cohesión social, la gestión de la diversidad, la inclusión social, la cooperación, la colaboración y el trabajo conjunto con los agentes del territorio implicados.

El proyecto fomenta la participación del voluntariado inclusivo para dar cabida a personas del colectivo de salud mental y potenciar sus capacidades y fortalezas a través del apoyo a otras personas que, como ellas y ellos, sufren un trastorno mental.

La participación del voluntariado de personas con trastorno mental enriquece al programa, fomenta la cooperación, el apoyo y la ayuda mutua, a la vez que potencia el empoderamiento de las personas y contribuye a romper el estigma y el autoestigma que las incapacita y las hace sentir más vulnerables.