En Grup ATRA acompañamos a personas vulnerables o en riesgo de exclusión social, y durante estos meses de confinamiento no hemos dejado de hacerlo en ningún momento. En muchos casos, pero, hemos tenido que aprender a hacerlo de otro modo, debido al escenario excepcional con el que nos hemos encontrado.

Establecimos protocolos y medidas concretas para cada uno de nuestros servicios y programas, con el fin de minimizar riesgos y, a la vez, de seguir garantizando el bienestar de las personas que atendemos. Ha sido un camino complejo, pero también lleno de aprendizajes. Y ahora volvemos, poco a poco y con muchas ganas, a nuestra actividad habitual.

En nuestras sedes en Barcelona y a Girona reiniciamos las visitas, con cita previa y siguiendo todas las medidas de higiene y seguridad recomendadas. Así pues, regresa la atención presencial individual de los programas ambulatorios del grupo (PSVA-SAVA, Let’s Chat!, Actua, Actua Dona y Actua Jove), que durante este confinamiento han seguido ofreciendo la atención habitual, pero de forma telemática.

Nuestros servicios residenciales como las Comunidades Terapéuticas, las Llars Residències o los Pisos amb Suport, así como los servicios de atención a personas y a familias que se encuentran en situación de sin hogar o en riesgo de exclusión residencial, han continuado con su funcionamiento ordinario, aplicando las restricciones y las medidas de prevención indicadas por las autoridades sanitarias, que mantendrán mientras sea necesario. A partir de esta semana, además, las CTs reactivan los ingresos, priorizando a las personas que ya disponían de fecha de ingreso antes del estado de alarma y a las personas que han realizado el confinamiento en su casa.

Los centros que cerraron su actividad presencial con la declaración del estado de alarma ‒como los Clubs Sociales, el Servicio Prelaboral o los Centros de Día‒ retoman también, con prudencia y respetando las medidas de higiene y distancia de seguridad reglamentarias, buena parte de su actividad presencial individual. Durante las semanas de confinamiento, pero, la tarea de estos servicios no solo no se ha parado, sino que se ha ampliado, adaptado y reformulado, para dar respuesta a las necesidades, inquietudes y dudas surgidas raíz de la nueva realidad vivida.

Este tiempo complejo ha representado un cambio radical e inesperado en nuestras vidas. Pero también ha supuesto un repunte de solidaridad y empatía. Ha puesto en evidencia que disponemos de un sistema sanitario público de una magnífica calidad médica y humana. Ha demostrado el valor de aquello comunitario frente a lo individual. Y nos ha enseñado que, si queremos, somos capaces de reinventarnos, incluso cuando no hemos tenido tiempo de planificar esa reinvención.